3 Trucos de Noelia Jiménez para tener un cabello sano
Una rutina que ayuda (y mucho) a mantener la salud de tu melena es cepillar el cabello no sólo por la noche, sino también antes de lavarlo. Así evitas que se enrede en mojado, deshaces nudos que podrían dificultar la absorción del champú y facilitas también el posterior desenredado, precisamente cuando el cabello está húmedo se encuentra en su estado de mayor debilidad y con mayor tendencia a sufrir rotura. Comienza a peinar las puntas y ve subiendo hacia las raíces
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¿Cambiar de champú?.
Otro mito es el del hay cambiar de champú “para que el cabello no se acostumbre”. Esta convicción de que el cabello se vuelve inmune a los beneficios de un mismo champú es errónea. Si hablamos desde un punto de vista biológico, el pelo (la fibra capilar) no tiene vida, por eso, no duele cuando lo cortamos, y es por esta razón por la que no es posible que se acostumbre a algo. Es sólo la percepción de cómo el cabello responde a un producto conocido o a uno nuevo. Por eso, si te funciona, no lo cambies.
¿Qué opinas tú del aceite?
Las mascarillas y los acondicionadores ayudan a mantener el cabello sano, y los aceites consiguen reparar. Existen tratamientos en aceite para reparar la fibra capilar y su rotura. Además si extremas (o muy asidua) el uso del secador o de las planchas los vas a necesitar. O si tu cabello se ha estropeado a causa de los tratamientos químicos. Un cabello sano empieza en la raíz. La raíz es la parte más sana del cabello, que se vuelve más deshidratado cuanto más lejos está del cuero cabelludo. El aceite restaura el contenido de cada fibra capilar haciendo que cada una se vuelva translúcida de nuevo, produciendo ese maravilloso brillo que lucen los cabello sanos.
¿El modo de aplicación de los tratamientos en aceite? Dos veces por semana, mechón a mechón y, si puedes, dejándolo actuar de 20 minutos a varias horas. Puedes potenciar su efecto añadiendo alguna fuente de calor como un secador, una envoltura de film o una toalla caliente.
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